El 12 de febrero de 2021 se publicó en la web de ElDecanoDeGuadalajara esta entrevista que me hizo Carmen Ibáñez. Podéis leerla en dicha web o aquí debajo.

Contando cuentos el 4 de febrero en la biblioteca de Tres Cantos. Foto de Ana Belén
Érase una vez… en un lugar de Guadalajara, de cuyo nombre sí quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un contador de cuentos, de los de ponerse frente al público, contar una historia y emocionar a sus oyentes.
Afirma Pep Bruno que «todos nacemos narradores, narradoras, el ser humano es un ser de historia, de historias: nuestros recuerdos, ideas, proyectos, anhelos… hasta nuestros sueños son historias. Otra cosa es lograr ser profesionales de la narración, vivir de ello».
Porque el oficio de contar cuentos, es uno de los más antiguos del mundo. Pero, ¿Cómo se llega a ser un profesional en el maravilloso arte de contar cuentos?
Pep Bruno, narrador oral profesional desde 1994, nacido en Barcelona pero alcarreño de corazón. Lleva media vida ilusionando al público con sus historias. También es escritor, formador y editor miembro fundador de la editorial Palabras del Candil. Y también un amante reconocido de «Las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha».
Durante 17 años publicó un cuento semanal en el antiguo periódico y, después, revista «El Decano». También llevaba un blog de opinión en su formato digital.
Una trayectoria de más de 25 años contando cuentos...¿Por qué narrador oral? ¿Cómo comienza tu trayectoria de contador de cuentos?
No hay un único motivo que me llevara a ser narrador oral profesional y sí muchas pequeñas situaciones, decisiones, vivencias… que me encaminaron hacia ello. Tener un padre con dominio de la narración espontánea, es decir, ser un gran buen charlatán, fue importante; tener una madre que me enseñó a escuchar, una de esas escuchas que era una invitación a seguir contando, también fue importante; tener una compañera como Mariaje que me apoyaba y me alentaba a seguir por ese camino, también fue importante; conocer a Estrella y compartir dudas, alegrías, tropiezos… con ella, sentirme acompañado en mis primeros pasos, también fue importante; vivir en Guadalajara donde existía el Seminario de LIJ, la Biblioteca, el Viernes de los Cuentos y el Maratón de los Cuentos, fue también determinante. En fin, todo ello y más, sumado, parecía señalar un camino bastante claro en mi propia trayectoria vital.