Un monstruo llamado Maratón
Artículo escrito para la edición en papel de CulturaEnGuada que se publicó con motivo del XXIV Maratón de los Cuentos de Guadalajara.
El Maratón de los Cuentos de Guadalajara es un monstruo que despierta unos días al año para darse un gran atracón de cuentos contados y luego pasar el resto del año digiriendo la tremenda comilona.
No es la primera vez que hablo del Maratón como un monstruo devorador de cuentos, ya lo hice tiempo atrás en un blog de ElDecano.es en el que escribí durante unos cuantos años y también he vuelto a recuperar esta idea para un artículo sobre el Maratón que se publicará en el próximo número de la Revista N de ANIN.
Pero siempre lo he citado de pasada y hoy, aprovechando la oportunidad que me brinda CulturaEnGuada, voy a intentar desarrollarlo un tanto.
Los monstruos (ya habiten en los cuentos ya habiten fuera de ellos) son algo que a un mismo tiempo nos atrae y nos repele. El Maratón de los Cuentos de Guadalajara, como buen monstruo, también ejerce sobre nosotros esa doble tensión, especialmente la de atracción, y eso ha sido así desde sus inicios. Fue gracias a su poderoso atractivo que gentes diversas acabaron reuniéndose en el Palacio del Infantado para contar y escuchar cuentos (aunque en muchos casos no lo habían hecho antes); también esta fuerza atractora ayudó a que la buena nueva de la revitalización del cuento contado llegara a lugares bien lejanos por los medios y la prensa que venían por aquí a ver qué se cocía, o más bien, qué se contaba; y fue también gracias a esta tensión de atracción que narradores y narradoras dispersos por todas las provincias y regiones acabaron por encontrarse aquí, conocerse y reconocerse como colectivo, como oficio.