Un texto clásico como Pinocho, lleno de recovecos (mucho más largo y rico que la edulcorada versión de Disney), que además está ilustrado por Roberto Innocenti, es una garantía de éxito a pesar de que haya envejecido (desde mi humilde opinión) algo regular. Merece la pena esta hermosísima edición de Kalandraka: un libro bello, con el texto completo (traducido por Chema Heras) y con unas ilustraciones deslumbrantes de Innocenti, que harán las delicias de pequeños y adultos. Uno de esos libros para tener siempre a mano.
Este ilustrador forma parte de mis autores favoritos.
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