[En la piscina] Sufrir un ataque de amnesia en medio de un largo. Olvidar cómo se nada. Morir... Todo tan tonto.

 

[En la piscina II] Sufrir un ataque de amnesia en medio de un largo. Olvidar cómo se nada. Morir... Nada más tonto.

 

Ayer nuestro amor no se podía contar ni en 1001 noches. Hoy basta (y sobra) con este tuit.

 

Los niños jugaban a ahorcar insectos. Mientras, los padres, afilaban los cuchillos.

 

Todas las tardes el hombre subía al acantilado. Desde allí disfrutaba de hermosos atardeceres. Hasta el golpe de viento.

 

"Amor, eres duro de roer" dijo ella, mientras pinchaba en hueso.

 

El volcán sabía qué hacer: verter lava, escupir piedras, exhalar gases... El hombre, no.

 

El dedo acusador señalaba al cuchillo (con el filo ensangrentado, goteando) que recién lo había separado de la mano.

 

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