Cuento tradicional – Cuento popular – Cuento folclórico

Sobre estos apuntesFichas de oralidad / Una historia de la narración oral / La figura del narrador oral 

 

En general, los estudiosos y folcloristas nombran de estas tres maneras, indistintamente, al cuento en prosa que proviene de la tradición oral. De hecho, si acudimos a la definición del folclore (de donde sale el término: cuento folclórico) en el DRAE se puede leer: “Conjunto de costumbres, creencias, artesanías, canciones, y otras cosas semejantes de carácter tradicional y popular”. Es decir, en la misma definición se agrupan los tres términos y, por ejemplo, de aquí se podría afirmar que “el cuento folclórico sería el cuento de carácter tradicional y popular”.

Pensamos que el uso indiferente de un término u otro (cuento popular, cuento tradicional, cuento folclórico) sería apropiado para referirse a la narración breve de ficción, en prosa, de la tradición, que vive en variantes.

Sin embargo hay estudiosos que afirman que existen algunas (sutiles) diferencias entre los tres términos. De eso queremos hablar en esta ficha. Normalmente las diferencias (insistimos, sutiles) entre un término y otro hacen referencia  a cuestiones que se quieren resaltar con relación a esos cuentos y que hacen referencia a cuestiones externas a dichos cuentos.

 

CUENTO TRADICIONAL

Según el DRAE

Tradicional. Que pertenece o es relativo a una tradición. | Que se transmite por medio de la tradición. | Que sigue las ideas, normas o costumbres del pasado.

Tradición. Transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación. | Doctrina, costumbre, etc., conservada en un pueblo por transmisión de padres a hijos.

Normalmente cuando se elige el término cuento tradicional o, en muchos casos, cuento de la tradición oral, se subraya el modo de transmisión de dichos textos, es decir, que han sido cuentos recogidos de la tradición oral. Esto se percibe por ejemplo en las colecciones de cuentos populares recogidas directamente de manera oral a informantes, por ejemplo los Cuentos tradicionales recopilados en la provincia de Ciudad Real, o los Cuentos de la tradición oral madrileña o los Cuentos de tradición oral de la Sierra de Francia

En este sentido merece la pena recordar que hay cuentos tradicionales que se han transmitido también de manera escrita. Recordemos que los vasos comunicantes entre escritura y oralidad son muchos y los textos están en continuo tránsito de un lugar a otro. Veamos cómo lo explica Stith Thopmson quien define al cuento folklórico (en este caso sin matiz diferencial, igualmente podría haber utilizado tradicional o popular) como “el cuento tradicional en prosa, el cual ha pasado de una generación a otra en forma escrita u oral” (p. 26).  Como vemos incluye la posibilidad de la escritura para la transmisión del cuento. De hecho más adelante continúa: “es imposible hacer una separación total entre las tradiciones orales y escritas. A menudo, verdaderamente, su interrelación es tan estrecha y tan intrincada, que plantea a los estudiosos del folclore uno de los más desconcertantes problemas. Difiere algo en cuanto a su funcionamiento [que el cuento sea oral o sea escrito], es cierto, pero son similares por su indiferencia ante el afán de originalidad de la trama y el orgullo de la paternidad creadora.” (p. 27)

Este aporte es bien interesante porque incluiría las viejas grandes colecciones de cuentos tradicionales que nos acompañan desde hace siglos y que se han transmitido de forma escrita (en las Fábulas de Esopo, el Panchatantra, el Calila e Dimna, las Mil y una noches…).

Por eso cuando alguien habla utilizando el término "cuento tradicional" o "cuento de la tradición", puede ser que lo haga indistintamente (como sinómino de popular o folclórico), o puede ser que quiera resaltar el modo como ha sido transmitido (y, en muchos casos, recogido).

Hay también una cuestión a tener en cuenta, al menos desde el punto de vista de los informantes, de quienes cuentan estos cuentos. Normalmente ellas y ellos identifican estos cuentos como cuentos tradicionales, en pocas ocasiones los nombran como cuentos populares y en ningún caso, que sepamos, los llaman cuentos folclóricos. Creemos que es importante tener en cuenta esta cuestión, esta mirada de los propios narradores y narradoras populares.

 

CUENTO POPULAR

Según el DRAE:

Popular. Perteneciente o relativo al pueblo. | Que es peculiar del pueblo o procede de él. | Que es estimado o, al menos, conocido por el público en general.

Cultura popular. Conjunto de manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.

En este caso creemos que cuando se opta por el término "cuento popular" puede hacerse por tres motivos. El primero de ellos (y común a los otros dos casos) como sinónimo de tradicional y folclórico, indistinto y sin matiz ninguno. 

Sin embargo hay otras dos posibilidades más. La primera de ellas es la que busca señalar su pertenencia al pueblo, que forma parte del acervo de un colectivo, en suma, que es del pueblo: que el pueblo lo cuenta, lo preserva, lo transmite, lo disfruta... Y también que ha sido recogido a personas de un mismo pueblo (en el sentido de grupo humano con una historia y características comunes). Valgan como ejemplos estas colecciones: los Cuentos populares españoles, o los Cuentos populares marroquíes. Pero no hace falta que hagan referencia a un país, pueden hacer referencia a comunidades con un territorio, una historia y una cultura comunes, como los Cuentos populares de León, o a grupos humanos que mantienen su propia cultura y su identidad y tradición vivas, como los Cuentos populares de los gitanos españoles. Es más, esta acepción puede hacer referencia a cuentos recogidos en distintas culturas y tradiciones, todas ellas, populares, y con elementos comunes, como los Cuentos populares de la Madre Muerte, (cuyo protagonista común es la Muerte) o Cuentos populares del Mediterráneo (cuentos recogidos en culturas diversas que comparten un mismo mar).  

Una tercera posibilidad al utilizar esta denominación es hacer referencia a los cuentos más conocidos, más populares (tercera acepción del DRAE): por ejemplo "Caperucita Roja", "Los tres cerditos", "Los siete cabritillos", etc. En esta última acepción es posible que puedan aparecer entre los cuentos populares cuentos que no provienen de la tradición oral, sino que son cuentos de autor (como, por ejemplo "El gigante egoísta", de Oscar Wilde, o "El Patito Feo", de Andersen).

 

CUENTO FOLCLÓRICO (O FOLKLÓRICO)

Según el DRAE:

Folclórico. Perteneciente o relativo al folclore. | Dicho de costumbres, canciones, bailes, etc., y de sus intérpretes: De carácter tradicional y popular.

Folclore. Conjunto de costumbres, creencias, artesanías, canciones, y otras cosas semejantes de carácter tradicional y popular.

Don Julio Caro Baroja dice que “El folclore es la ciencia de la tradición, ni más ni menos. [Siendo la] traditio, la tradición, lo que viene traído del pasado, transmitido de boca en boca, de generación en generación. Lacordaire decía que la tradición es el vínculo de presente con el pasado.” (p. 21). Como veis, una nueva razón para utilizar indistintamente un tipo u otro de concepto (popular, tradicional, folclórico).

La palabra folk-lore es un anglicismo de acuñación bastante moderna, al parecer fue W. J. Thoms quien la escribió por primera vez en una carta al director publicada en la revista The Athenaeum de Londres, en agosto de 1846. Esta palabra está compuesta por folk (pueblo) y lore (saber), por lo tanto, etimológicamente, vendría a significar “el saber del pueblo” o “el saber popular”.

En el momento de su creación este término solía servir para identificar a quienes consideraban que los saberes populares tradicionales (cuentos, cantos, mitos…) que todavía preservaban los hombres y mujeres que vivían en el campo, eran un valioso tesoro que la industrialización estaba descuidando, cuando no, despreciando.

Ocurre además que en el momento en el que aparece (y prende) el término "folclore" coincide con la aparición de las primeras recopilaciones importantes de cuentos de la tradición oral y los primeros estudios y estudiosos (denominados folcloristas) de esta materia tradicional. Por lo tanto, de una forma casi natural, el término "cuento folclórico" ha ido encontrando su espacio en ámbitos académicos. Quizás por eso cuando consultamos un catálogo tipológico, normalmente, este haga referencia al cuento folclórico, por ejemplo el Catálogo tipológico del cuento folklórico español, o el catálogo tipológico del cuento aragonés titulado De la chaminera al tejao... Antología de cuentos folklóricos aragoneses, aunque eso no ocurre en todos los casos (como en el Catálogo tipolóxico del cuento galego de tradición oral). 

En este sentido no son pocos los libros dedicados al estudio del cuento popular que optan por el término "cuento folclórico", como en el caso del libro Stith Thompson antes citado o en el de Jack Zipes: Romper el hechizo. Una visión política de los cuentos folclóricos y maravillosos.

Pero igual que encontramos ejemplos en este sentido podremos encontrar en otros distintos porque, insistimos una vez más, es habitual que estos tres términos (popular, tradicional y folclórico) se utilicen indistintamente como sinónimos.

 

Antes de terminar querríamos agradecer a Carlos González Sanz su ayuda en la búsqueda de matices y diferencias de estos tres términos.

Esta ficha ha sido realizada por Sandra Araguás y Pep Bruno 

 

Bibliografía consultada

Julio Caro Baroja, Ensayos sobre la cultura popular española, ed. DosBe

Stith Thompson, El cuento folklórico, ed. Universidad Venezuela

Maxime Chevalier y Julio Camarena, Catálogo tipológico del cuento folklórico español, 4 vols. Gredos y CEC 

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