Texto de mi participación prevista en el Panel sobre "Jóvenes y literatura: nuevas tendencias en la literatura actual" con Claudia Gilardoni, dentro del programa del Seminario Internacional de Capacitación para Mediadoras de Lectura (5, 6 y 7 de noviembre de 2014) organizado por la Universidad de Playa Ancha en Valparaíso, Chile. 

Cambios de última hora me permitieron disponer de más tiempo y de hablar de otro tema distinto y durante más tiempo: la narración oral. 

 

JÓVENES Y LITERATURA: NUEVAS TENDENCIAS EN LA LITERATURA JUVENIL

Pep Bruno -- Valparaíso (Chile) nov2014

 

Algo de trayectoria

 

Tal como comenté hace ya un par de años en este artículo sobre la profesionalización de la narración oral en España, a finales de los años 70 del pasado siglo, con la finalización de la dictadura y el advenimiento de la democracia en España se propició la llegada de libros y autores que ya eran considerados clásicos fuera de nuestras fronteras (y aquí resultaban completos desconocidos) y el nacimiento de editoriales que buscaban traer y asumir y desarrollar proyectos propios de gran calidad. 

Este es el motivo por el que en la década de los ochenta se produjera un desembarco de libros y autores extraordinarios: recibimos a muchos de los grandes que en otros países se habían ido consolidando a lo largo de los años y aquí, por cuestiones históricas, llegaron prácticamente todos de golpe. Y este es el motivo también de que surgieran proyectos editoriales intrépidos y valientes (Miñón, Altea, Kókinos... de los que hoy aún perdura alguno) y colecciones dispuestas a acogerlos (Alfaguara, SM...).

Esta renovación de los catálogos vino de la mano también con la revolución pedagógica de las aulas y el nuevo impulso que recibieron las bibliotecas públicas (que no las escolares, que siguen renqueando a día de hoy). Escuela y biblioteca fueron pilares fundamentales para el desarrollo y consolidación de esta renovada LIJ. Los nuevos libros con nuevos valores y propuestas arriesgadas y diferenciadas (de lo que se publicaba durante la dictadura) entraron en las aulas y encontraron acomodo en las bibliotecas que pasaron de ser almacenes de viejos libros a espacios abiertos a la comunidad y vivos, muy vivos.

Esta renovación se fue consolidando en la década de los noventa y primera de los dos mil y propicia la aparición de nuevas editoriales, la tradución y entrada de textos de referencia en otras lenguas, la aparición de nuevos autores e ilustradores, etc.

 

 

El mundo editorial

 

La edición entre dos aguas: cultura y mercado.

Según el Anuario de Estadísticas Culturales publicado en 2013 por el MECD, en 2012 se publicaron (1as ediciones) un total de 104.724 libros (80.094 en papel y el resto en otros soportes), de los que el 20,8% fueron de creación literaria y el 11,1% de LIJ. De este ítem último decir que la LIJ ha descendido su producción desde 2008 (12.685 ejemplares - 12,1% del total) hasta 2012 (11.622 ejemplares - 11,1% del total), un descenso que, porcentualmente, es mayor que el global de los libros.

Estos datos demuestran que a día de hoy el ámbito de la LIJ es un jugoso bocado dentro del mercado editorial (a pesar del descenso). Y esto explica también que estas editoriales (como en otros ámbitos) se muevan entre dos aguas: el mercado y la cultura. Hay quienes ven en la venta de libros una oportunidad de negocio de igual manera que si vendieran zapatos o cubos de basura, y hay quienes ven en la edición de LIJ una oportunidad para aportar su granito de arena en la difusión y enriquecimiento de la cultura. Entre estos dos extremos (y más cerca de uno o de otro), se ubican las diversas editoriales. Y esta idea de editorial marca las líneas de acción y publicación de cada sello.

La revolución tecnológica.

La revolución tecnológica y la llegada de los múltiples cachivaches y sus inmensas posibilidades ha pillado a muchas editoriales con el paso cambiado. Especialmente en lo referente a estos ítem (y siempre desde mi punto de vista): 

  • Acceso a los textos vía online. Un tema de gran relevancia: la compra de libros en formato digital no es futuro, es presente, y muchas editoriales andan completamente perdidas en este asunto: precios similares entre el eLibro y el libro en papel, mala difusión y distribución, mala conectividad... 
  • La mediación. La desaparición de la figura de críticos y editores (que significaban una criba natural) y la aparición de pseudocríticos, autoeditores, recomendaciones sin criterio ni fundamento. Este marasmo trae de la mano una sobreabundancia de textos entre los cuales, en muchos casos, pasan desapercibidos (y naufragan) libros de gran calidad. Además de la trampa que esto supone (por ejemplo con la figura del agitador editorial).
  • La lectura en pantalla. La lectura en pantalla (fuera del dispositivo eBook) está cambiando también el modo de leer y promueve una lectura somera, saltarina, dispersa, interactiva y no en calma. Como dice Michel Serres en Pulgarcita: cambian las formas (de leer, de relacionarse, de compartir...) y cambia la manera de pensar.

El lector.

Leer hay que leer, esto parece obvio, y si no lo tenéis claro os animo a que os asoméis a este artículo y a los enlaces que contiene, creo que confirma la frase que daba inicio a este párrafo. 

Pero cuando hablamos de leer ¿a qué nos referimos?, por ejemplo leer puede significar leer en papel (leer un libro, un folleto, una revista, un panfleto...) o leer en pantalla (un celular, una pantalla de computador, una tableta, un ebook...); o leer también puede significar leer de formas muy diferentes: superficial, transversal, profunda, activa, interactiva, lúdica...; o también libros literarios, o informativos...

Tengo al respecto una opinión, creo que debemos tratar de promover y educar en la lectura profunda y activa, la más compleja y difícil, y que después vengan el resto de modos y formatos, sólo de esta manera habilitaremos los rudimentos necesarios para que esta lectura crítica y honda sea posible en los lectores. Por eso, tal como dije, por ejemplo, en este artículo, creo que es importante preservar la infancia y primera adolescencia del uso de pantallas para que los niños y niñas tengan una infancia plena y para que puedan consolidar las habilidades que precisarán para la lectura profunda. Preservar y, sobre todo, acompañar en el aprendizaje del uso y disfrute de la tecnología: no abandonar a los niños a su suerte.

Más adelante los lectores se saciarán de pantallas y serán lectores saltarines y someros a veces, pero podrán ser lectores profundos en otras veces. En este sentido os recomiendo esta reseña (sólo en catalán) en el blog de Josep Maria Alcoy sobre el libro de Mireia Manresa L’univers lector adolescente publicado por ed. Rosa Sensat, en el que habla de los siguientes ítem: los hábitos lectores de los jóvenes, la influencia del entorno en la configuración de esos habitos, la lectura literaria en los jóvenes, el impacto de la intervención docente, los diversos perfiles de los lectores adolescentes, el asunto de la lectura y las pantallas, y la construcción del hábito lector. Es un libro que tiene una pinta verdaderamente interesante, ojalá pudiéramos leerlo en castellano.

 

 

El panorama actual

 

Antes de comenzar este repaso recalcar que esta visión es completamente subjetiva y parte de mi actividad como lector en los últimos tres años, aproximadamente. He buscado algunos de los libros que leí en este tiempo y que encajan en las diversos géneros dentro de la LIJ.

Y previamente a esta enumeración de lecturas y autores creo que merece la pena citar un referente, un autor que desdibujó las líneas separatorias entre la literatura infantil/juvenil y la literatura a secas, se trata de Juan Farias, acaso un autor canónico que, como tal, me encantaría que se leyera con profusión.

 

En cuanto a los contenidos (y sólo texto)

 

Fantasía. El impulso de sagas como la de Harry Potter, La trilogía de la materia oscura,  CrepúsculoLos juegos del hambre... ha hecho que este género siga siendo el rey entre los lectores jóvenes.

Hay sagas también de autores españoles como Memorias de Idhún, de Laura Gallego, reina entre los escritores de fantasía actualmente en España. O autores como Ana Alonso y Javier Pelegrín que tienen unos cuantos libros publicados juntos, como El secreto de If, en SM.

Siguen llegando libros de autores extranjeros como Ready Player One, de Ernest Cline en Ediciones B, o Loba, de la mexicana Verónica Murguía, en SM. Que conviven con libros a veces muy difíciles de encontrar pero que su lectura fue un verdadero gozo para mí: Los perros de la Mórrigán, de Pat O’Shea, en Siruela

Los cuentos tradicionales revisitados como estas versiones maravillosas de Tim Bowley publicadas por Kalandraka: No hay escapatoria y El rey oso blanco. O las estupendas recopilaciones que está publicando Ana Griott en Siruela, como por ejemplo Cuentos populares de la madre Muerte. Y los cuentos tradicionales con versiones profundas y cargadas de simbolismo que está recuperando Antonio Rodríguez Almodóvar en su colección Los cuentos de la luna llena.

Otros cuentos fantásticos con un punto non sense son los de Víctor González y su El río que se secaba los jueves, El hombre sin ayer (cuentos de hoy y de mañana), ambos en Anaya y Los dos milagros de Santarém, en VigoBooks; es una lástima que este autor acaso no sea tan conocido como debiera pues sus textos están íntimamente relacionados con la tradición del ramonismo (Ramón Gómez de la Serna) que practica otro autor como Daniel Nesquens, y que también llega en otros libros maravillosos como Cuando el mundo era joven todavía, de Jürg Schubiger, en Anaya.

Y libros maravillosos con estructuras de cuento como los tres imprescindibles de Andrés Barba en Siruela: Historia de Nadas, La alucinante historia de Verónica Flut y Juanito Tot yArriba el cielo, abajo el suelo Arriba el cielo, abajo el suelo

Hay también un tipo de realismo fantástico que despega de lo cotidiano (donde estábamos instalados en unos primeros capítulos) para llevarnos a tierras de ficción como sin darnos cuenta; es el caso de Pablo Albo, uno de mis autores favoritos, y su Para una vez que me abrazan, en Algar; o Marabajo, en Anaya; o ¿Rinoceronte? ¿Qué rinoceronte? en Everest; o su extraordinario Diógenes, en Kalandraka.

Otro de mis autores favoritos con libros que recomiendo encarecidamente es Antoni Garcia Llorca y sus títulos El salvaje, El náufrago del Sirio yEl rey jabalí El rey jabalí, todos en SM.

Otro autor estupendo en este ámbito es Ronaldo Menéndez, escritor cubano afincado en España que publicó hace unos meses un libro titulado El agujero de Walpurgis, publicado en Edelvives.

Realismo. Maestro de narradores y escritor cuidadoso, Ignacio Sanz tiene decenas de libros en géneros diversos y sigue publicando en la actualidad títulos como El hombre que abrazaba a los árboles, o Una vaca, dos niños y trescientos ruiseñores, ambos en Edelvives. Pero él abarca muchos géneros y propuestas muy diversas, un autor siempre interesante.

Hay desde hace años libros estupendos publicados que no dejan de leerse, por ejemplo Dónde crees que vas y quién te crees que eres, de Benjamín Prado, o Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero, de Martín Casariego, ambos en Anaya.

El realismo y la crítica social cuenta con autores imprescindibles como Gonzalo Moure, el listado de sus libros, siempre comprometidos y de gran calidad, es enorme: Lili, Libertad, A la mierda la bicicleta, Palabras de Caramelo, Maíto Panduro, El síndrome de Mozart... o autores como Antonio Lozano que no hace ni medio año que ha publicado un extraordinario libro: Me llamo Suleimán, en Anaya. O libros descarnados como Una habitación en Babel, de Eliacer Cansino, en Anaya.

Hay otro tipo de crítica, la que llega a través del humor y del extrañamiento de la vida en familia de estos días, en este sentido merece la pena echar un vistazo a la novela de Salah Naoura que ha publicado Lóguez titulada Matti y Sami y los tres errores más grandes del Universo, o el best seller Hoyos, de Louis Sachar, en SM. 

Uno de los libros que más me ha impactado de mis lecturas últimas ha sido Del color de la leche, de Nell Layshon, publicado en Sexto Piso. Fue Ana Garralón (imprescindible su blog anatarambana) quien lo recomendó en su blog incidiendo en el detalle de que este libro originariamente pensado para jóvenes estaba publicado en una editorial de adultos (exactamente igual que ocurre con la estupenda edición de BlackieBooks del clásico de Astrid Lindgren Pipi Calzaslargas). Otro libro de los de tragar saliva tras su lectura es Nada, de Janne Teller, publicado por Seix Barral.

En este bloque no podemos acabar sin citar a una de las maestras del género que revolucionó el panorama en España al traducirse aquí sus libros: Ursula Wölfel, recientemente fallecida.

El realismo y lo individual en el que encontramos la propia vivencia y la reflexión ante el dolor (por ejemplo con Elena Alonso Frayle en La edad de la anestesia en Edelvives, aunque también encontramos elementos de género histórico, amor, aventura... claro, no hay libros “puros”) o el duelo ante la pérdida (como el maravilloso Mimi, de John Newman en Siruela o la nostalgia ante (como en Un cóndor en Madrid, de Mercè López en Edelvives). 

Hay otros libros que saltan de sus lenguas originales al convertirse en best sellers y llegan hasta la nuestra, por ejemplo Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky en Alfaguara; o Bajo la misma estrella, de John Green, en Nube de Tinta.

Género policiaco cuenta con autores de referencia como Jaume Ribera y Andreu Martín y su imprescindible saga de Flánagan que, además de incorporar humor y acción, incluye mucha crítica social y reflexiona sobre temas de gran actualidad (droga, pederastia, etc., incluso sexualidad). Pero no son los únicos, contamos con un buen puñado de ellos, como por ejemplo Alexis Ravelo y su Los perros de agosto, en Anaya.

Histórico. En este ámbito de lo histórico hay una interesante tendencia a recuperar el tiempo de la Guerra Civil española y la posguerra. Merece la pena destacar jóvenes autores como Mónica Rodríguez y su El naranjo que se murió de tristeza, en Edelvives; o Jesús Díez de Palma, El festín de la muerte, en SM; o Diego Arboleda y Raúl Sagospe con sus Papeles arrugados en Anaya

Aunque también encontramos otros de tiempos más recientes como Yo conocí a Muelle, de Jorge Gómez Soto, en SM. Joven autor hijo de otro autor habitual en la LIJ contemporánea: Alfredo Gómez Cerdá.

Aventura. Hay autores clásicos del género como Joan Manuel Gisbert autor del clásico La isla de Töklan que siguen publicando textos interesantes, un ejemplo: La aventura inmortal de Max Urkhaus, en Anaya, novelas de esas que nos recuerdan a las grandes novelas de aventuras. Aunque de todo lo que he leído últimamente de este género mi favorito, con diferencia, es una novela maravillosa de César Mallorquí titulada La isla de Bowen y publicada por Edebé, una lectura que no debéis perderos. Y un autor que no podéis perder de vista.

El humor. Hijo directo de El pequeño Nicolás, de Goscinny y Sempé, es Manolito Gafotas, de Elvira Lindo, último gran referente de los textos de humor que aparecieron en Alfaguara y que, otro caso más, han dado el salto a la editorial de adultos Seix Barral. Aunque si hablamos de humor otro autor maravilloso y muy especial es Daniel Nesquens con libros como la colección de Marcos Mostaza, o Hasta (casi) 100 bichos, ambos en Anaya, o Papá tatuado, en A buen paso.

El miedo. Autores clásicos como Concha López Narváez con libros como El visitante de la madrugada en Bruño o El abrazo de la muerte, en Anaya; o Xabier Puente DoCampo, Agustín Fernández Paz... y otros autores más jóvenes como la querida Paula Carballeira y su trilogía de “Los hijos de la noche” en gallego, de momento en español sólo tenemos el primero de ellos, el espectacular El ganso pardo, en Palabras del Candil. 

El miedo y también el misterio, un motivo más para volver a Joan Manuel Gisbert y su El secreto del hombre muerto, en Alfaguara.

El sexo. O más exactamente la educación sexual a través de las novelas. Son muy recomendables estos dos títulos maravillosos: El diario rojo de Carolta, de Gemma Lienas en Destino, y El diario rojo de Flanagan, de Andreu Martín y Jaume Ribera, en Destino.

 

En cuanto a la forma (imagen y texto)

 

El libro álbum. Este formato fagocitador ha saltado de los supuestos márgenes de lo infantil para llegar a otros lectores juveniles y adultos. En muchos de mis talleres con adolescentes lo utilizo. Uno de los autores imprescindibles en este ámbito es David McKee con títulos como Ahora no, Bernardo, Negros y blancos, Seis hombres, Los conquistadores... O libros como Los conejos, de John Marsden y Shaun Tan, en Bárbara Fiore editora.

Hay otros autores como Wolf Elbruch con libros álbum de gran hondura: El pato y la muerte (que habla de la muerte) y El milagro del oso (que habla de la vida). O libros como los que publica la editorial Lóguez, tan cuidadosa con su catálogo: La zapatilla roja (hablando sobre la guerra y la infancia), o Una vida cualquiera (que trata el tema del transeuntismo). Ah, y una rareza: Maricuela y su Montañas en la cama: el amor y el sexo tocado en un libro álbum bien divertido para todas las edades. 

Libros siempre sugerentes e interesantes son los que publica la autora e ilustradora Ana Juan, una de mis favoritas, entre los que encontramos textos recientes como Promesas, en Logos, y en esta ocasión con texto de Matz Mainka; o Circus, desasosegante e intenso, también en Logos; o Demeter y Snowhite, ambas en Edicions del Ponent.

Novelas mixtas en las que el discurso narrativo se sostiene por tramos en el texto y por tramos en la ilustración. Fue Brian Selznick y su La invención de Hugo Cabret y posteriormente Maravillas quien dio paso a este tipo de libros. Recientemente se ha publicado Al sur de la Alameda, de Lola Larra y Vicente Reinamontes en Ekaré con un formato similar.

Sólo ilustración. Imprescindibles Robinson Crusoe de Ajubel y El mundo al revés de Miguel Calatayud, en Media Vaca. Y la novela gráfica Emigrantes, de Shaun Tan, en Bárbara Fiore Editora.

Cómic. Siguen publicándose emocionantes cómics en España, merece la pena citar a la editorial Sins Entido que perce haber centrado sus esfuerzos en ese género, así encontramos libros más convencionales como El Local, de Gipi; o títulos más sorprendentes como el cómic de filosofía Logicomix, de Doxiadis, Papadimitriou, Papadatos y di Dona.

Pero también tenemos otros títulos como Arrugas, de Paco Roca, en Astiberri, o El arte de volar, de Antonio Altarriba y Kim en Ediciones del Ponent.

Y, por supuesto, clásicos imprescindibles como Maus, de Art Spiegleman en Mondadori, o Persépolis, de Marjane Satrapi en Norma. 

 

 

Algunas propuestas

 

Insistir en la necesidad de la consolidación del lector antes del salto a las pantallas. Y además:

Y sí, también reivindicar una lectura lúdica. Algunos ejemplos: 

  • El ejemplo de Letra Joven. Importancia de los clubes de lectura para jóvenes: Jóvenes que bailan con libros.
  • También hay libros que incluyen propuestas lúdicas como por ejemplo el maravilloso Niños raros, de Raúl Vacas y Tomás Hijo en SM. O  el sorprendente Arenque rojo, de Alicia Varela y Gonzalo Moure, en SM. O el juguetón ABECECIRCO de Nesquens y Gamón en Anaya. O libros maravillosos como Bombástica naturalis, de Iban Barrenetxea, en A buen paso.
  • Propuestas en red, sí, también. Lo lúdico, lo interactivo. Las posibilidades de las redes y la LIJ y la literatura. El ejemplo del cuento tuit.
  • Sí también a compartir y socializar lecturas como propuesta: blogs como diarios de lectura, canales de youtube... pero buscando criterios y calidad.

Y sobre todo no olvidar que hoy, leer, puede ser considerado un acto de rebeldía.

 

 

Algo más de información
ARTÍCULOS DE ESTA MISMA SEMANA EN PRENSA
Sobre leer en estos tiempos, artículo de Xavi Ayén en La Vanguardia
¿Hay límites en la LIJ?, muy interesante este post en el blog de Gabriella Literarial
TEXTOS PARA REFLEXIONAR

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